Salimata Sylla, capitana de un equipo de baloncesto en Francia, vivió el rechazo que enfrentan muchas deportistas musulmanas cuando en enero de 2023 se le prohibió jugar con su hiyab, pese a que su prenda estaba aprobada para competencias. Este caso emblemático ha tomado relevancia en medio del avance de un controvertido proyecto de ley que busca prohibir el uso de cualquier velo religioso en las competencias deportivas de todo el país.
La norma, impulsada por políticos de derecha y que ya pasó su primer filtro en el Senado, consagraría como ley lo que hasta ahora cada federación decidía por separado, afectando especialmente a mujeres musulmanas que usan el hiyab. Quienes defienden la iniciativa argumentan que es necesaria para proteger el laicismo, un principio fundamental de la República Francesa que sostiene la neutralidad del Estado frente a las religiones. Pero sus opositores denuncian que es una medida discriminatoria, islamófoba y que viola derechos fundamentales.
Sylla, exbase de 27 años, recordó que el deporte debe ser un camino para la emancipación, no para la exclusión. “Nos oprimen porque nos han excluido de las canchas. Elegimos ser musulmanas y nadie debe decirnos qué vestir”, expresó a The Associated Press. Tras verse impedida de jugar en la liga Nacional 3, abandonó su club y ahora organiza partidos y torneos abiertos en París para jugadoras con o sin hiyab.
El debate sobre la ley de laicidad en el deporte revive una polémica que lleva más de un siglo en Francia. Mientras algunos senadores y figuras políticas ven en la prohibición una defensa del principio de neutralidad, otros, como Nicolas Cadène, exsecretario general del Observatorio para la Laicidad, consideran que la ley excluye injustamente a jóvenes musulmanas y no está justificada por los principios republicanos.
El proyecto ha generado divisiones en el gobierno y en el deporte, con figuras como el judoca Teddy Riner criticando que la medida se enfoque solo en una religión, mientras que otros, como el exboxeador Mahyar Monshipour, defienden que el hiyab simboliza una desigualdad institucionalizada. El ministro del Interior, Bruno Retailleau, sostiene que el velo representa un retroceso en la condición femenina.
Además, Amnistía Internacional advirtió que Francia sería el único país democrático que prohibiría por ley el velo religioso en deportes, destacando la exclusión que sufrirían mujeres y niñas musulmanas. En un contexto marcado por preocupaciones sobre la radicalización islámica y de cara a elecciones presidenciales, el proyecto vuelve a poner sobre la mesa temas sensibles sobre religión, igualdad y libertad en la sociedad francesa.