Por El color en la huasteca está de luto, en memoria de Héctor Domínguez

El color en la huasteca está de luto, en memoria de Héctor Domínguez

Hace ya un año del asesinato del muralista en su domicilio particular, donde un grupo armado dio muerte también a su padre y hermano.

Este domingo 19 de abril se cumplió un año del asesinato de Héctor Domínguez, un muralista originario de Ciudad Valles, San Luis Potosí, que con sus pinturas dio vida a lugares memorables de la huasteca potosina, junto a su colectivo Fénix Art.

A sus 27 años, Héctor era profesor de arte en el Colegio de Bachilleres 06 en su ciudad natal; desde estudiante mostró su interés por las artes plásticas y mientras estudiaba su carrera universitaria, fundó el colectivo artístico en 2010 y con él trabajó en decenas de murales tanto en Ciudad Valles como en otros municipios de la región; además gustaba de la música y formó parte de bandas de jazz y rock.

Lo que destacó a Héctor Domínguez del resto de artistas plásticos fue su amor por las tradiciones de la cultura huasteca, pues todas sus obras incluían personajes indígenas como el popular Indio Facundo, ícono de la ciudad, los helados de El Nevadito, mujeres tének; lugares emblemáticos como parajes, cascadas, las ruinas de Tamtoc, el Sótano de las Golondrinas, además fauna de la región y celebraciones tan arraigadas como los rituales de los voladores de Tamaletom y el famoso Xantolo.

Sus obras aún siguen presentes en sitios como Aquismón, la comunidad de Coyoles, Ébano, Xilitla, Tampamolón y otros municipios de la zona; también en calles, escuelas y comercios que se privilegiaron de ser portadores del color de este artista.

Lamentablemente el 24 de julio del 2018, previo a la celebración del aniversario de Ciudad Valles, cuando el artista estaba a punto de culminar un mega mural, éste fue dañado con pintura negra, hechl que Domínguez compartió en sus redes sociales, pero con su humor que lo caracterizaba y únicamente posteó la que se volvería su frase icónica “al mundo le hace falta más color y más amor” y después convirtió esa mancha negra en una obra de arte en la que plasmó la frase ya mencionada.

Dos meses más tarde, a mediados de septiembre, cuando el artista salió de impartir clases en el Cobach, fue agredido a balas, dejándolo fuera de la escena artística por algunos meses; incluso trascendió en medios que, pese a que solicitó protección, fue poco lo que las autoridades pudieron hacer; más tarde, en diciembre, regresó a trabajar en sus murales, pero no en Ciudad Valles.

Tristemente, a pesar del entusiasmo de Héctor por dar color a la huasteca, la noche del 19 de abril los vallenses se consternaron al difundirse rápidamente la noticia de su asesinato; personas armadas ingresaron a su domicilio donde se encontraba con su papá y su hermano, los mataron a los tres, dejando un hueco en el corazón de sus admiradores y amigos; un viernes de semana santa, a un artista, un amigo, un maestro, le fue arrebatada la vida.

No fue una sorpresa ver una iglesia repleta de personas, quienes acompañaron a Héctor en su última morada, cientos acudieron a darle el último adiós, incluido el alcalde Adrián Esper, quien había entablado una estrecha relación de amistad con el muralista.

Un mes más tarde, ante el reclamo de la sociedad, dos presuntos culpables fueron detenidos y la Fiscalía General del Estado informó el 19 de mayo, que Luis Armando N. de 31 años y Christian N. de 28 fueron probables partícipes del asesinato del muralista, las autoridades descartaron que la agresión se debiera al crimen organizado, sin embargo no detallaron más.

Hoy ya se cumplió un año de su partida y en sus redes sociales, sus amigos aún lo recuerdan con amor; le comparten mensajes, fotografías, recuerdos y obras de arte, esperando que en más allá, el artista pueda ser testigo de un pueblo que no le olvidará.