POR OLGA OMAÑA
Para elegir quien será presidente, gobernador, alcalde o diputado en México, es necesario pasar por un proceso democrático donde -sin meterme en temas complejos que no domino-, cada candidato se abandera de un partido que se distingue por ideologías que puedes ser de extremo a extremo, de derecha o de izquierda, así como de tantos colores como se les ocurra.
Lo idea y como debieran ser las cosas para el bienestar común de la sociedad que habita el lugar que los votó, sería que una vez siendo gobernantes, hagan eso, gobernar para todos y sin distinción, no solo a la sociedad sino entre los niveles de gobierno que existe.
Esto no significa claro ceder a decisiones que pudieran ser inadecuadas de quien se encuentra en la máxima posición política, no, pero sí aceptar y trabajar en conjunto cuando una acción, iniciativa o ley beneficia a la población en general.
La frase “gobernar sin distinción de colores” se escuchó hace un par de días, en el arranque de obras de vialidades potosinas que hicieron el gobernador del estado, Ricardo Gallardo Cardona y el alcalde capitalino, Enrique Galindo.
“El pollo” lo ha logrado, ha sido desde luego un buen político que ganó la gubernatura de San Luis Potosí, pero sobre todo ahora se le ha visto gobernar con unión de partidos políticos adversos al que le dio el triunfo y, no solo eso, también de grupos sociales que no apoyaban su plan de gobierno.
Algunos ejemplos de lo que menciono son:
El Consejo Consultivo Potosí, que concentró a los más importantes empresarios del Estado para ser parte de la toma de decisión que tienen que ver con las necesidades en infraestructura que padece entidad potosina. El hecho es importante porque en grupo había grandes aliados priístas y panistas, firmando y estrechando mano con el mandato verde.
Luego, un tema insignia para este gobierno es la creación de la Guardia Civil, donde de manera unánime los diputados de distintas bancadas no solo votaron a favor sino expusieron lo benéfico que sería esta iniciativa propuesta por el gobernador, Ricardo Gallardo Cardona. Luego de su aprobación en congreso y cabildos municipales, la nueva corporación entrará en acción el próximo lunes 16 de mayo con 500 elementos que tienen como objetivo dar paz a los potosinos y ser letales contra la delincuencia.
Otra muestra de lo dicho ocurrió el pasado martes, cuando arrancaron las obras que reencarpetarán y reconstruirán las vialidades más importantes de la ciudad capital. Ahí el alcalde, Enrique Galindo aludió que solos “no hubiéramos podido” y reconoció el trabajo conjunto.
Galindo Ceballos, desde que tomó posesión como alcalde en diversas entrevistas a medios de comunicación señaló que el gobernador era su amigo, incluso atinó, “aunque no les guste”, haciendo referencia por supuesto a parte de su grupo pero seguro también al grupo del gobernador.
Por su parte, el gobernador señaló que su gobierno era para todos, sin importar el color de donde eran emanados los gobernantes de menor rango que él, es decir con el objetivo de generar beneficios para la sociedad a través de acuerdos con sus mandatarios, si así es necesario.
Un ejemplo importante que da “el pollo” Gallardo pero que ojalá muchos otros ediles quisieran tomar, sobre todos esos que en los pueblos del sur de la huasteca y en el altiplano escatiman el dinero público. Condicionan los apoyos a los habitantes solo por no haber votado por ellos, hasta tienen una lista de quienes fueron de “su grupo”, misma que es hojeada cada que alguien pide ante el ayuntamiento algún apoyo.
Lo cierto y el punto final es que el trabajo en equipo dará buenos resultados donde los más beneficiados seremos los ciudadanos, por lo que esperemos que la cooperación entre gobierno y estado -no solo de San Luis Potosí o Soledad de Graciano Sánchez- siga ocurriendo.