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Héctor Serrano Cortés
Héctor Serrano Cortés

Efervescencia en puerta en Edomex

Aun parece que falta mucho para llegar a enero del próximo año, mes en el que habrán de arrancar las precampañas y procesos internos de los partidos políticos en el Estado de México (Edomex); sin embargo, la efervescencia político-electoral que vive esa entidad se observa anticipada y por demás evidente; adelantando los tiempos de guerra sucia entre los prospectos precandidatos que habrán de participar y que, en muchos de los casos, ya han sido mencionados.

Los mexiquenses serán atiborrados de dimes y diretes, descalificaciones y guerras de desprestigio, en primera instancia entre estos, y después ocurrirá entre los candidatos formales, para finalmente el 4 de junio del 2023 elegir a su próximo gobernante.

A cuatro meses de iniciar las precampañas, los partidos políticos ya dejaron ver a sus posibles candidatos, ignorando los tiempos formales de precampaña establecidos como parte del proceso electoral. La anticipación a los procesos legales es una práctica que ya se está haciendo costumbre, ante las lagunas legales que existen respecto a los tiempos en los que los aspirantes están exentos de cumplir con las normas establecidas; en estos lapsos no aplican restricciones mayores para hacerse promoción o armar estructuras electorales que serán utilizadas para la próxima elección.

El Estado de México se constituye como el proceso más representativo para la efervescencia electoral del siguiente año.

Aunque de acuerdo con algunas encuestas el partido Morena, junto con la alianza Partido del Trabajo (PT) y Partido Verde Ecologista de México (PVEM), lleva una ventaja significativa sobre una posible alianza del Partido Acción Nacional (PAN), el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD), no hay nada escrito y se vaticina una “lucha sangrienta” por obtener la gubernatura de ese estado.

Esta posible alianza, entre el PAN, PRI y PRD, habría que esperar si se concreta y así lo permite el grupo político hegemónico de esa entidad, al que pertenece y han pertenecido prácticamente todos los gobernantes priistas; lo cual ocurrirá sólo si este grupo político está de acuerdo en ceder la candidatura a un panista que, por lo menos mediáticamente, ya les lleva ventaja. Enrique Vargas parece ser la propuesta que el PAN habrá de impulsar y concretar para abanderar la hoy incipiente y frágil alianza que se observa en esa entidad.

Y no es que no haya voluntad por parte del muy cuestionado presidente del priismo nacional, Alejandro Moreno “Alito”. Seguramente para el diputado en funciones, que la alianza en ese estado lleve como candidato a un militante blanquiazul lo fortalece en sus aspiraciones para ser reconocido como precandidato de la posible alianza por el PAN, PRI y PRD a la presidencia de la república en el 2024.

Difícil la tiene el presidente tricolor ante la nula injerencia que tiene con el grupo más poderoso de lo que ha sobrevivido en el priismo: el Grupo Atlacomulco, al que otrora era requisito pertenecer si las pretensiones de algún político priista fueran las de gobernar ese espacio nacional.