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Héctor Serrano Cortés
Héctor Serrano Cortés

2 de octubre no se olvida

El pasado 2 de octubre, día en que se conmemoró el 54 aniversario de la terrible matanza de los estudiantes en Tlatelolco, en todo el país se registraron diversas movilizaciones y marchas en las que participaron contingentes, en su mayoría, con origen en la ideología de izquierda, los cuales recordaron la noche oscura en que un gobierno represor usó al ejército mexicano para matar a civiles, gran parte de ellos, estudiantes de las diferentes casas de estudio que se encuentran en la Ciudad de México.

En Monterrey, Nuevo León, los dos dirigentes más representativos del Partido del Trabajo (PT), la maestra Guadalupe Rodríguez y el profesor Alberto Anaya, encabezaron una nutrida marcha en memoria de los caídos en aquella fatídica noche.

El Estado mexicano ha reconocido el 2 de octubre como un día de luto nacional, que incluso prevé dentro de su protocolo que nuestro lábaro patrio sea elevado a la mitad del asta, como recuerdo de un hecho que marcó la historia de nuestra patria. Como reconocimiento a los jóvenes que murieron buscando un México más democrático, el 2 de octubre de 2018, de forma simultánea, en los muros de la Cámara de Diputados y del Senado de la República se inscribió con letras de oro la leyenda: “Al Movimiento Estudiantil de 1968”.

Pues bien, la marcha tenía previsto llegar a la plaza principal del estado de Nuevo León, que se encuentra en la ciudad de Monterrey; la cual fue ocupada de forma intencional por grupos afines al gobernador Samuel García; el afán era claro, evitar la concentración de la marcha con origen de izquierda en ese emblemático espacio. En su mayoría los integrantes de la marcha fueron militantes y simpatizantes del Partido del Trabajo, fuerza política partidista que ha acreditado su congruencia ideológica con el actuar legislativo y conducta social.

Está claro que la intolerancia del gobernador García se hace notar en estos hechos que resultan denostables por su falta de respeto al libre pensamiento.

Samuel García es un gobernante frívolo, que ha presumido su origen en una esfera social con alta capacidad económica, muy lejano a la clase que se forma producto del esfuerzo, esa clase que defiende la ideología de izquierda, la clase conformada por las mayorías, por los miles y millones de mexicanos que aún no cuentan, lamentablemente, con los suficientes recursos para sobrevivir.

El PT es reconocido por su ideología de izquierda, incluso recientemente fue distinguido por diferentes países en un evento internacional que tuvo lugar en la Ciudad de México.

Hechos como los ocurridos el 2 de octubre de 1968 jamás pueden ser olvidados y jamás habrán de serlo mientras existan dirigentes comprometidos con la historia, con la izquierda y con la sociedad en mayoría.

Dirigentes como Guadalupe Rodríguez y Alberto Anaya son el ejemplo a seguir por todos aquellos que compartimos una ideología sostenida a favor de las mayorías, de las masas populares que hoy siguen conformando gran parte del pueblo mexicano.

¡Ni perdón, ni olvido!, ante actos tan aberrantes como los ocurridos en 1968 y 1971.