El Vaticano se dijo el sábado "entristecido por algunas escenas" de la ceremonia de inauguración de las competencias olímpicas de París, que supuso una "ofensa" para los cristianos debido a una secuencia que según algunas interpretaciones satirizaba la última cena de Jesús.
En un momento de la ceremonia del viernes de la semana pasada, un grupo de personas, incluidas varias drag queens, aparecía en una larga mesa que para muchos evocaba representaciones de la comida final que según los evangelios Jesús compartió con sus apóstoles antes de su crucifixión, algo que los conceptores del espectáculo niegan.
El Vaticano no citó partes concretas de la ceremonia, pero la polémica se ha centrado en ese segmento, llamado "Festividad".
Los organizadores aseguraron que pretendían representar una fiesta pagana dirigida por una de las divinidades griegas del Olimpo, Dionisio (o Baco), dios del vino y del teatro.
El director artístico del espectáculo, Thomas Jolly, indicó que su intención era "enviar un mensaje de amor, un mensaje de inclusión".
Pero las explicaciones no mitigaron las críticas.