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Martha Navarro
El mundo de los introvertidos

El efecto Dunning-Kruger: ¿Por qué subestimamos nuestras capacidades?

¿Te ha pasado que tienes una idea para un proyecto que te apasiona, un tema que dominas a la perfección quisieras intentar algo relacionado a eso, pero decides no iniciarlo porque sientes que no sabes lo suficiente? Tiempo después, un conocido con menos experiencia toma esa misma idea y la lleva a cabo sin dudarlo. ¿Por qué sucede esto? Bueno, querido lector, hoy hablaremos un poco sobre el efecto Dunning-Kruger.

El efecto Dunning-Kruger podemos explicarlo cómo un sesgo cognitivo en el que las personas con menos conocimientos sobre un tema tienden a sobrestimar su competencia, mientras que aquellas con más experiencia suelen subestimarse. Este fenómeno fue investigado por los psicólogos David Dunning y Justin Kruger, de ahí el nombre que tiene; quienes se dedicaron a realizar estudios con estudiantes de la Universidad de Cornell, en los que evaluaron sus habilidades en gramática, razonamiento lógico y humor, pidiendo a los participantes que calificaran sus propias competencias en esos campos antes de realizar pruebas prácticas.

Una vez realizadas las pruebas, las personas menos competentes no solo obtenían calificaciones bajas, sino que también sobrestimaban significativamente su rendimiento. Por otro lado, los participantes más competentes tendían a infravalorar su desempeño. Este estudio plasmó un aspecto clave; las habilidades necesarias para ser competente en algo también son las que permiten evaluar el propio desempeño.

Para entenderlo mejor, imaginemos que alguien sin formación profesional en la danza cree ser un gran bailarín porque puede seguir el ritmo de la música y realizar algunos pasos básicos. Sin los conocimientos técnicos que le permitan evaluar parámetros más complejos como técnica, precisión o expresión artística, esta persona muy probablemente asuma que su desempeño es sobresaliente, por el contrario, un bailarín experimentado, consciente de las estándares que se requieren, podría infravalorar su habilidad al enfocarse en áreas donde cree que necesita mejorar.

El sitio Psicología y mente describe otro factor que influye en quienes subestiman sus capacidades; el efecto de falso consenso. Este fenómeno ocurre cuando las personas con habilidades avanzadas tienden a asumir que los demás poseen un nivel similar, por lo que perciben sus propios talentos como "promedio". Sin embargo, en muchos casos, sus habilidades son notablemente superiores al estándar.

Reconocer este sesgo cognitivo es el primer paso para poder sobrellevarlo o poder contrarrestarlo en medida de lo posible. Según el sitio Psychology Today, hay varias estrategias que pueden ayudarnos:

1. Cuestiona lo que sabes: Reflexiona sobre tus conocimientos y busca ampliar tu perspectiva escuchando a personas con diferentes puntos de vista. Esto te ayudará a identificar fortalezas y debilidades.

2. Solicita retroalimentación: Habla con personas de confianza que tengan experiencia en el área que te interesa. Escuchar críticas constructivas te permitirá cambiar tu percepción y mejorar tu desempeño.

3. Mantén el aprendizaje constante: Reconoce que siempre hay espacio para crecer. En lugar de enfocarte en tus limitaciones, busca oportunidades para adquirir nuevas habilidades y conocimientos.

4. Evita la defensiva: Acepta la crítica con apertura y evita reaccionar negativamente. La retroalimentación no es un ataque, sino una herramienta para el crecimiento.

Si sientes que este sesgo está afectando significativamente tu vida personal o profesional, buscar la orientación de un profesional puede marcar la diferencia.

El efecto Dunning-Kruger nos recuerda lo importante que es encontrar un equilibrio entre la confianza en nuestras capacidades y el deseo de aprender. Ser consciente de nuestras limitaciones no debe ser motivo de inseguridad, sino una invitación a ampliar nuestro conocimiento. De igual forma, reconocer que no lo sabemos todo nos protege de caer en la arrogancia o prepotencia.

El aprendizaje es un proceso continuo, y el desarrollo personal implica aceptar tanto nuestras fortalezas como nuestras áreas de oportunidad. Al enfrentarlas con humildad y curiosidad, podemos alcanzar un mayor potencial y lograr que nuestras pasiones se conviertan en proyectos reales y exitosos.