Durante el marco del Día del Trabajo, el pasado 1 de mayo, el gobierno de México anunció oficialmente la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales, con el objetivo de mejorar las condiciones laborales en el país. Esta reforma será implementada de forma gradual hasta 2030, en un proceso que involucrará un diálogo social nacional con trabajadores, empresarios, académicos y sociedad civil.
El secretario de Trabajo y Previsión Social, Marath Baruch Bolaños, detalló que la reducción de la jornada laboral busca responder a una demanda histórica del pueblo mexicano. La reforma establece que la jornada laboral máxima será de 40 horas semanales, con dos días de descanso obligatorios (sábado y domingo), sin que haya una reducción salarial para los trabajadores.
Además, se planteó que el cambio se llevará a cabo de manera progresiva, iniciando con foros en diversas ciudades entre el 2 de junio y el 7 de julio de 2025, para construir un modelo de trabajo justo y eficaz.
La nueva jornada laboral no aplicará para empleados que ya trabajen menos de cinco días a la semana o menos de ocho horas diarias, ya que no experimentarían cambios. Sin embargo, la medida ha generado controversia en el sector privado, que teme que, de ser aprobada, podría provocar una fuga de empresas y el aumento de la pérdida de empleo.