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Martha Navarro
El mundo de los introvertidos

La adicción al trabajo y la productividad

El trabajo, se ha convertido no solamente en un sinónimo de ganancia y contribución económica, sino también en una forma en la que logramos desarrollar en el tiempo diversas habilidades y conocimientos que pueden resultar enormemente valiosos para muchos ámbitos de nuestra vida, añadiendo que el trabajo y el éxito profesional, son uno de los pilares que componen nuestra existencia. Muchos de nosotros nos sentimos satisfechos y orgullosos cuando completamos un proyecto. Hay cierto grado de placer en ser personas productivas que se enfocan en resultados laborales positivos, sin embargo, ¿Qué sucede cuando el placer ya no viene del resultado sino de la constante e interminable lista de cosas por hacer?  El día de hoy, querido lector, hablaremos sobre la adicción al trabajo y a la productividad.

Para iniciar con este tema, posiblemente te parezca extraño el concepto de que una persona pueda volverse adicta a la productividad, es decir, ¿Por qué alguien se volvería adicta al esfuerzo continuo y a trabajar? Bueno, la respuesta es extensa y tiene que ver con algo más profundo que platicaremos a continuación.

Primero definamos…¿A qué se refiere una adicción?. Según el sitio web LHH, en términos clínicos; la adicción, sucede cuando se genera una dependencia o compulsión hacia algo que genera placer pero su uso continuo, interfiere con la vida cotidiana. Es decir, que hasta aquí, podemos entender que la adicción al trabajo, no se refiere a ser una persona trabajadora, que le apasiona hacer actividades relacionadas con su ámbito laboral, sino cuando el conjunto de dichas actividades traspasan otras áreas de su vida.

Diferentes sitios web, contrastan en las razones por las que una persona puede desarrollar una adicción hacia el trabajo y la productividad. Por un lado el sitio web del Centro Informativo de Adicciones Adictilia, menciona que diversas adicciones sin sustancia, se dan más porque evitan un malestar que la persona siente, (en este caso por el malestar de no estar trabajando), que por el placer que producen.

Sin embargo, autores como Marian Rojas Estape y Joe Dispenza, argumentan que así como una persona puede volverse adicta a actividades que le produzcan dopamina, sustancia asociada con la felicidad, por el contrario, también las personas son capaces de desarrollar adicción por otras relacionadas al estrés, como el cortisol. Mucha de la intensa productividad y trabajo, generan niveles altos de esta hormona, y al momento de que un ser humano se encuentra tan condicionado por ella, se convierte en su día a día, incapaz de dejarla, como si se tratara de una droga, buscando actividades por hacer, aunque estas no tengan una recompensa.

Existen razones por las cuales se desarrolla esta adicción que de acuerdo a la Clínica López Ibor, van encapsuladas en diferentes rubros como por ejemplo:

- Causas sociales y educacionales. La adicción al trabajo puede haberse generado gracias a una cultura de competitividad. En donde se premia única y exclusivamente a quien se esfuerza demasiado y se minimiza a quien no lo hace. Puede que la persona haya tenido una infancia en la cual, solo lo valoraban y premiaban cuando hacía bien las cosas.

- Huida de problemas personales. Cuando la persona no se encuentra satisfecha con alguna área personal en su vida, el trabajo puede volverse una válvula de escape para evitar dichos problemas.

- Motivos económicos. Hay personas que se vuelven adictas al trabajo, debido a que tienen una excesiva ambición económica o de poder, sin embargo, los problemas económicos también son un motivo fuerte para que exista una atención laboral excesiva.

- Autoestima. Mucha gente puede identificar como su autoestima aumenta cuando se sienten útiles y realizan ciertas tareas, por lo que le dedican horas de más al trabajo y al final caen en la adicción.

Sin embargo, aunque expongamos las razones anteriores, es importante destacar que cada caso es completamente diferente y personal. En un nivel general, los rubros que mencionamos previamente pueden ser motivos que propicien a la adicción al trabajo, pero no son los únicos. Muchos más podrían aparecer en el mapa, dependiendo cual sea el caso de la persona.

De acuerdo a la clínica López IBOR, está adicción puede detectarse en diferentes acciones,que comete la persona como por ejemplo:

- El quedarse trabajando más allá de las horas establecidas de la jornada laboral de una forma continua.

- Experimentar ansiedad e inquietud cuando no estás trabajando. Sientes culpa argumentando que estas "perdiendo el tiempo".

- Cada vez dispones de menos tiempo para relajarte debido a tus responsabilidades laborales.

- Te resulta difícil disfrutar momentos de diversión.

- Temor extremo de perder tu trabajo o recibir criticas de tus superiores.

- Notas problemas emocionales y físicos como fatiga, insomnio, dolores de cabeza, estrés crónico etc. 

Como en cada capítulo de mi columna, querido lector, es sumamente significativo, recordarte que este espacio tiene el objetivo de ayudarnos a adquirir herramientas que puedan contribuir a nuestro bienestar y a identificar situaciones que puedan estar obstruyendo el mismo, de manera que seamos más conscientes en la importancia que tiene cuidar de nuestra salud mental.

Este espacio está basado en investigación previa de diferentes sitios web especializados en psicología y con expertos de la salud mental, no obstante, no intenta suplir a la terapia psicológica. Si estás atravesando una situación compleja, la mejor opción siempre será acudir con un profesional.

Si bien, es importante establecer metas laborales que propicien y contribuyan a nuestro crecimiento personal, también es imprescindible generar un equilibrio en donde podamos disfrutar de otras áreas de nuestra vida que tienen el mismo grado de relevancia que el aspecto profesional.

La vida es un balance constante y enfocar la misma cantidad de energía en cada espectro de ella, sin desbordarla en una sola casilla, es la clave para tener una existencia en paz y armonía. Porque aunque sea un rubro significativo y sustancial, el trabajo... no es la vida.