Un niño de 11 años fue liberado este jueves en Jamundí, Valle del Cauca, tras permanecer 18 días en cautiverio. La Defensoría del Pueblo confirmó que el menor, secuestrado el pasado 3 de mayo, fue entregado en buenas condiciones de salud, luego de una serie de gestiones humanitarias encabezadas por esta institución.
El caso generó un fuerte impacto en Colombia, ya que el secuestro infantil sigue siendo una práctica poco frecuente pero profundamente condenada. Según las autoridades, cinco hombres armados interceptaron al menor junto a una empleada doméstica, quien fue liberada poco después. Las investigaciones apuntan a una disidencia de las FARC que habría actuado con fines extorsivos contra la familia del niño, propietaria de negocios de joyería.
Organismos internacionales como la ONU y figuras políticas, incluido el presidente Gustavo Petro, exigieron públicamente la liberación inmediata del menor. Esta presión pública e institucional fue clave para lograr que los captores lo dejaran en libertad, sin que se registrara un operativo militar que pusiera en riesgo su integridad.
La Defensoría reiteró su compromiso con la protección de la niñez en zonas marcadas por el conflicto armado, y pidió a los grupos ilegales cesar toda acción violenta contra la población civil. Mientras tanto, las autoridades judiciales avanzan en la identificación y captura de los responsables de este crimen que ha vuelto a encender las alarmas sobre la vulnerabilidad de los menores en regiones en disputa.