Misael Galván Moral, un joven de 23 años que se gana la vida vendiendo fruta, alzó la voz este viernes en el Congreso de Puebla para exigir justicia, luego de haber sido brutalmente golpeado el pasado 21 de mayo por integrantes de una familia que desde hace años intentaba desalojarlo del espacio donde trabaja.
Galván Moral, quien desde hace ocho años ocupa el sitio heredado por su madre para sostener a su familia —incluido su padre enfermo—, fue atacado por dos hombres hasta quedar inconsciente. Actualmente, presenta un traumatismo craneoencefálico y utiliza un collarín mientras espera estudios médicos que descarten secuelas mayores.
El joven acusó directamente a Rosa N. y sus familiares como los agresores, señalando que desde hace años buscaban retirarlo del lugar pese a contar con los permisos correspondientes. “Solo trabajo de forma honesta. No merezco esto”, declaró.
Su abogada, Ángela Huesca, criticó que el Ministerio Público solo investigue el caso bajo el delito de lesiones, y no como tentativa de homicidio, dada la gravedad de la agresión. Por ello, pidió la intervención directa de la fiscal general del estado, Idamis Pastor Betancourt.
La denuncia, bajo el número Tehuacán-I/007200/2025, sigue activa, aunque los presuntos responsables —Julio F. y su hijo Gerson N.— no han sido localizados.
El caso ha provocado indignación social. La noche del ataque, cerca de 200 personas vandalizaron y quemaron la casa y un vehículo de los agresores. Ante ello, el secretario de Gobernación estatal, Samuel Aguilar Pala, informó que ya se investiga a dos personas que convocaron a esos actos a través de redes sociales.
El Congreso local ofreció respaldo jurídico a Misael, mientras la Fiscalía General y la Policía Cibernética continúan con las indagatorias para lograr justicia sin caer en más violencia.