Con el objetivo de garantizar el acceso a agua segura y prevenir enfermedades gastrointestinales, la Comisión Estatal de Protección Contra Riesgos Sanitarios (COEPRIS), en coordinación con los Servicios de Salud y el Gobierno del Estado, mantiene una vigilancia constante a la calidad bacteriológica del agua en San Luis Potosí.
A través del programa permanente “Agua de Calidad Bacteriológica”, se realizan acciones de inspección y muestreo en pozos, redes de distribución, plantas potabilizadoras y pipas que surten agua potable. En lo que va del año, la COEPRIS ha llevado a cabo 8 mil 910 determinaciones de cloro residual en diferentes puntos de la red, incluyendo tomas domiciliarias y unidades móviles de abastecimiento.
Además, se han capacitado a operadores de organismos municipales de agua potable en temas como normatividad sanitaria, mantenimiento y limpieza de sistemas de abasto, y procesos administrativos para permisos y regulación de pozos. Esta formación busca fortalecer la correcta operación de los sistemas de agua en todos los municipios del estado.
La dependencia también hace un llamado a la población para colaborar en el cuidado del agua que se almacena en casa. Se recomienda lavar y desinfectar tinacos, aljibes y cisternas al menos cada seis meses, ya que su mala higiene puede contaminar el agua, incluso si proviene clorada desde la red.
En el caso de las pipas, se supervisa que el agua esté correctamente clorada, que los tanques estén libres de corrosión y suciedad, y que los vehículos cumplan con los requisitos sanitarios: uso exclusivo para agua potable, válvulas y mangueras limpias, y rotulación visible. Se verifica también el cloro residual, que debe oscilar entre 0.2 y 1.5 mg/l.
Estas acciones forman parte del esfuerzo del Gobierno Estatal para reducir riesgos sanitarios y garantizar que el agua que llega a las familias potosinas sea apta para el consumo humano.