Las autoridades alemanas investigan como posible atentado el atropello ocurrido en Múnich, donde un vehículo embistió a una manifestación sindical, dejando al menos 28 heridos, algunos de gravedad. El conductor, un solicitante de asilo afgano de 24 años con antecedentes por delitos menores, fue detenido en el lugar. 

El incidente tuvo lugar durante una protesta organizada por el sindicato Verdi en el centro de Múnich. Según testigos, el vehículo se acercó por detrás, adelantó a los coches de la policía que escoltaban la marcha y embistió contra el final de la manifestación. Las autoridades han desplegado un amplio dispositivo de seguridad y han solicitado la colaboración de testigos para esclarecer los hechos. 

El primer ministro de Baviera, Markus Söder, calificó el suceso de "terrible" y señaló que "presumiblemente se trata de un atentado". Por su parte, el canciller alemán, Olaf Scholz, expresó su apoyo a las víctimas y abogó por la expulsión del responsable del país tras su juicio. 

Este trágico evento se produce en vísperas de la Conferencia de Seguridad de Múnich, que reunirá a líderes internacionales. Aunque no se ha establecido una conexión directa con el evento, las autoridades mantienen todas las líneas de investigación abiertas y han intensificado las medidas de seguridad en la ciudad.