El partido Alternativa para Alemania (AfD), conocido por su postura antiinmigración, presentó este lunes una demanda contra la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV), el servicio de inteligencia interno de Alemania, tras ser oficialmente clasificado como una organización extremista de derecha. Esta designación permite a las autoridades intensificar la vigilancia sobre el partido, incluyendo el uso de informantes y la interceptación de comunicaciones.
La BfV justificó su decisión citando la retórica persistente del AfD contra refugiados e inmigrantes, especialmente de países de mayoría musulmana, y alegando amenazas a los valores democráticos del país. El partido, que obtuvo el segundo lugar en las elecciones nacionales de febrero con aproximadamente el 21% de los votos, argumenta que la clasificación es políticamente motivada y busca suprimir la oposición democrática.
La demanda del AfD se produce en un momento de transición política en Alemania, ya que el líder conservador Friedrich Merz se prepara para asumir el cargo de canciller tras un acuerdo de coalición entre la CDU/CSU y los socialdemócratas. Mientras tanto, la comunidad internacional observa con atención, con figuras como el secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, y el empresario Elon Musk criticando la medida como antidemocrática.
El gobierno alemán defiende la clasificación como legal y necesaria para proteger la democracia, destacando que los tribunales independientes tendrán la última palabra en el asunto.