Dos incendios de gran magnitud han puesto en estado de alerta al sur de Francia, provocando el confinamiento de habitantes en Marsella y la evacuación de poblaciones cercanas a Narbona. Las llamas, que se propagaron rápidamente debido al clima seco y los fuertes vientos, obligaron también a cancelar más de 50 vuelos tras el cierre del aeropuerto de Marsella, el cuarto más importante del país.
El incendio en Marsella, originado en la localidad de Pennes-Mirabeau, ya ha consumido más de 350 hectáreas de terreno forestal. Las autoridades emitieron mensajes de emergencia pidiendo a la población resguardarse en estructuras sólidas y cerrar puertas y ventanas. Más de 160 bomberos, apoyados por aeronaves y helicópteros, trabajan para controlar el fuego, mientras se espera que una disminución en los vientos facilite las labores de contención.
En paralelo, a unos 200 kilómetros al oeste, la región de Narbona enfrenta otro incendio que ha destruido más de 2 mil hectáreas y forzado evacuaciones masivas. En esta zona, más de mil elementos del cuerpo de bomberos han sido desplegados, luego de que el siniestro comenzara cerca de una propiedad vinícola. Las llamas incluso atraparon temporalmente a automovilistas en la autopista A9, que conecta Francia con España.
Francia atraviesa condiciones climáticas extremas, con temperaturas que superaron los 40 °C a finales de junio. Científicos y autoridades coinciden en que el cambio climático está alimentando estos fenómenos, intensificando el riesgo de incendios forestales en verano. El gobierno francés advirtió que se prevé una temporada de alto riesgo y llamó a la población a mantenerse informada y seguir las instrucciones de seguridad.