Los Ángeles, California, se encuentra en medio de un ambicioso proyecto de conservación que promete ser un hito mundial en la protección de la vida silvestre. El Puente Para la Vida Silvestre Wallis Annenberg, que se extenderá sobre la autopista 101, ha sido diseñado para garantizar el paso seguro de especies nativas como leones de montaña, coyotes y serpientes, entre muchas otras.
Este puente, que comenzó su construcción coincidiendo con el Día de la Tierra, es una respuesta a más de una década de esfuerzos colaborativos entre entidades públicas y privadas. Con 53 metros de ancho y 64 metros de longitud, el puente no solo será el más grande de su tipo a nivel global, sino también el primero situado cerca de una metrópoli tan grande como Los Ángeles.
Beth Pratt, directora del National Wildlife Federation en California y una de las principales impulsoras del proyecto, destacó la importancia del puente no solo como cruce, sino también como un ecosistema vivo. “Va a ser más que un simple puente; será un hábitat completo, ofreciendo alimento y agua a las especies que lo crucen y residan en él,” explicó Pratt.
Este proyecto, que se espera esté finalizado en 2025, tiene un costo estimado de 90 millones de dólares. Un 60% de esta suma provendrá de donaciones privadas, mientras que el resto será cubierto por fondos públicos ya asegurados por el gobernador Gavin Newsom.
La autopista 101, por donde transitan diariamente entre 300,000 y 400,000 vehículos, representa un peligro constante para la fauna local que intenta cruzarla. Este puente busca no solo proteger a los animales y preservar el ecosistema, sino también evitar accidentes y los costos asociados a estos.
El éxito de esta iniciativa podría inspirar a otras ciudades a implementar soluciones similares, promoviendo una coexistencia más armoniosa entre zonas urbanas y la naturaleza.