Este miércoles, la Corte Constitucional de Tailandia ordenó la destitución del primer ministro Srettha Thavisin y de todo su gabinete, alegando una falta ética, en un contexto de agitación política que afecta al país desde hace dos décadas. La decisión llega apenas una semana después de la disolución del principal partido de la oposición, añadiendo más tensión al escenario político tailandés.
El parlamento ha convocado una sesión para el próximo viernes con el fin de elegir a un sucesor, mientras que la coalición gobernante anticipó que presentará a su candidato el jueves por la mañana. Este movimiento político se produce en medio de la constante lucha entre el ejército, las élites monárquicas y los partidos progresistas, como el Pheu Thai de Srettha.
La acusación que precipitó esta decisión fue introducida por un grupo de ex senadores, instalados por la antigua junta militar, sugiriendo un trasfondo de luchas de poder prolongadas. Con una votación ajustada de cinco a favor y cuatro en contra, los jueces del alto tribunal concluyeron que el nombramiento de un ministro previamente condenado por corrupción constituía una infracción a las normas éticas, llevando a la destitución de Thavisin, quien llevaba menos de un año en el cargo.