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Martha Navarro
El mundo de los introvertidos

¿Qué es el sistema de recompensa?

Querido lector, ¿te has preguntado alguna vez qué tienen en común una manzana y una cerveza? A simple vista, parecen no tener nada en común, no se parecen en forma, sabor ni contenido. Sin embargo, ambas comparten una característica similar, son capaces de activar nuestro sistema de recompensa, aunque ambas lo hacen de maneras completamente diferentes.

Pero, ¿qué es el sistema de recompensa? ¿Por qué es importante y cómo funciona?

De acuerdo con el canal de psicología Brainials, el sistema de recompensa es un conjunto de estructuras en el cerebro diseñadas para motivarnos a alcanzar objetivos específicos, recompensándonos con sensaciones de placer, es decir, es el que nos impulsa a buscar aquello que deseamos, como comida, logros personales o nuevas experiencias.

Este sistema, es sumamente importante para nuestra supervivencia, está compuesto por varias regiones del cerebro como la corteza prefrontal, el núcleo accumbens, el área tegmental ventral, el hipocampo y la amígdala. Cada una de estas áreas tiene un papel significativo en el proceso que nos lleva a cumplir metas, desde las más simples hasta las más complejas.

Para explicarlo mejor, imaginemos que tienes frente a ti una deliciosa hamburguesa y tu objetivo es comerla; aunque la acción parece sencilla, detrás de ella hay todo un proceso. Primero que nada, tu cerebro percibe la situación que está ocurriendo, que tienes hambre o que tienes mucho antojo de la hamburguesa, entonces, el área tegmental ventral comienza a liberar dopamina, el neurotransmisor que se encarga de la motivación.

La dopamina llega al núcleo accumbens, que actúa como un interlocutor entre la motivación y la acción, enviando señales a nuestra corteza prefrontal. Esta última se encarga de planificar los pasos necesarios para alcanzar tu objetivo, desde estirar la mano para tomar la hamburguesa hasta, en otro caso, salir a comprarla, calcular el dinero que necesitas y decidir el medio de transporte.

Una vez que alcanzas tu objetivo, el cerebro evalúa si la experiencia fue positiva o negativa para saber si vale la pena repetirla, aquí entran el hipocampo y la amígdala. El hipocampo almacena recuerdos, mientras que la amígdala asocia emociones a esas experiencias, es decir, supongamos que, la hamburguesa te provocó una intoxicación, la amígdala generará una respuesta emocional negativa que quedará almacenada en el hipocampo, ayudándote a evitar esa experiencia en el futuro.

Sin embargo y aunque este sistema está diseñado para ayudarnos, cuando ingerimos sustancias como alcohol o drogas, los niveles de dopamina se disparan de manera elevada, superando los niveles que se producen con estímulos naturales, esto genera una sensación de placer desmedido, pero también daña el equilibrio del sistema.

Con el tiempo, el cerebro se adapta, disminuyendo la producción natural de dopamina y provocando que las actividades cotidianas ya no generen satisfacción, ahí es donde surge la dependencia, ya que buscamos esas sustancias para recuperar la sensación de placer, iniciando un ciclo de adicción.

Proteger nuestro sistema de recompensa es fundamental para mantener un equilibrio saludable, esto implica ser conscientes de los estímulos que permitimos en nuestra vida y buscar placer de manera natural, a través de metas personales, relaciones significativas y actividades que nos nutran emocionalmente.

El cerebro opera de manera compleja incluso en los momentos más simples de la vida. Comprender cómo funciona el sistema de recompensa no solo nos ayuda a valorar nuestro cerebro, sino también a tomar decisiones más informadas para cuidar de nuestra salud mental y emocional.

En conclusión, detrás de los pequeños placeres y las grandes metas, se esconde un sistema diseñado para impulsarnos y protegernos, cuidarlo es clave para nuestro bienestar, y para poseer una vida equilibrada y plena; así que, querido lector, sin en algún momento, te has llegado a sentir desmotivado en seguir tus metas, registrar y hacer chequeo de como se encuentra tu sistema de recompensa, podría ayudarte enormemente.

Recuerda de igual forma que nada podrá reemplazar asistir a terapia, y si es necesario, no dudes en acercarte a alguien profesional que pueda guiarte.