Tras la aprobación de la reforma que plantea cambios a las corridas de toros en la Ciudad de México, varios toreros han alzado la voz para expresar su descontento y preocupación. Entre ellos, destacan las declaraciones de José Mauricio Morett y Luis Garza, quienes consideran que la decisión de las autoridades se basa en un "gran desconocimiento" de lo que implica la tauromaquia y sus impactos económicos y culturales.
José Mauricio Morett, quien se presentó por primera vez en la Plaza de Toros México en 2005, advirtió que la reforma podría generar "más pobreza de la que se imaginan". "Hay muchas fuentes de empleo que reciben un golpe, esto se puede replicar en todo el país. Están acabando con lo que buscan defender", afirmó el matador.
Morett también criticó la falta de datos y argumentos sólidos detrás de la reforma, señalando que se trata de una decisión basada en "sentimientos" más que en hechos. "El tema es tratar de imponer una idea desde su desconocimiento. Nos están quitando nuestra identidad como mexicanos y eso es una tristeza", agregó.
Por su parte, el matador Luis Garza reconoció que el panorama para la tauromaquia se ha vuelto "complicado". Aseguró que una corrida de toros sin la muerte del animal podría provocar que la gente deje de asistir, lo que afectaría gravemente a la industria.
"Sabíamos la probabilidad de que fuera aceptado, pero tengo fe en que se encuentre una solución. Una corrida de toros sin la muerte del animal provocaría que la gente no asista", comentó Garza.
Ambos toreros coincidieron en que la reforma no solo afecta a la Ciudad de México, sino que podría sentar un precedente para otras entidades del país. Morett y Garza hicieron un llamado a las autoridades a reconsiderar la medida, destacando la importancia de preservar las tradiciones y el empleo que genera la tauromaquia.
"Están acabando con lo que buscan defender", reiteró Morett, mientras que Garza expresó su esperanza de que se encuentre una solución que permita mantener viva esta tradición cultural.
Con esta reforma, la tauromaquia en México enfrenta uno de sus mayores desafíos, mientras los toreros y aficionados buscan formas de adaptarse a los cambios sin perder la esencia de una práctica que consideran parte fundamental de su identidad.