Los cardenales católicos definieron el 7 de mayo como la fecha para el inicio del cónclave que elegirá al sucesor del papa Francisco, quien falleció recientemente. La decisión se tomó tras las primeras reuniones informales realizadas luego de su funeral, en un ambiente marcado por la expectativa y la necesidad de forjar unidad entre los 135 cardenales electores, de los cuales 108 fueron nombrados por el propio Francisco.
El aplazamiento de la votación tiene como objetivo permitir que los cardenales, muchos de los cuales no se conocen bien debido a su diversidad geográfica, fortalezcan vínculos antes de encerrarse en la Capilla Sixtina. Aunque prevalece el deseo de continuar con el enfoque pastoral de Francisco hacia los marginados y contra la guerra, algunos sectores más conservadores buscan un regreso a las doctrinas tradicionales de san Juan Pablo II y Benedicto XVI.
Entre los posibles candidatos a suceder a Francisco destacan el cardenal italiano Matteo Zuppi y representantes de África y Asia, quienes podrían influir decisivamente en el proceso. Sin embargo, persiste la incertidumbre sobre la participación de figuras controvertidas como el cardenal Angelo Becciu, condenado recientemente en el tribunal penal del Vaticano por cargos financieros. Mientras tanto, la expectativa crece en el Vaticano ante una elección que podría definirse en apenas dos o tres días.