Estados Unidos ha decidido suspender la recomendación de vacunación contra COVID-19 para mujeres embarazadas y niños sanos, una medida anunciada directamente por el secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., sin someterla al análisis ni votación del Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización (ACIP) de los CDC, lo que ha generado inquietud y debate en la comunidad científica y legal.
La eliminación de estas vacunas del calendario oficial de inmunización ocurre apenas días después de que las autoridades ajustaran los criterios para la vacunación, limitándola principalmente a personas mayores y grupos con alto riesgo de complicaciones por COVID-19. Kennedy, junto con otros funcionarios como el comisionado de la FDA, Marty Makary, y el director de los Institutos Nacionales de Salud, Jay Bhattacharya, expusieron que la decisión se tomó con base en la falta de evidencia clínica robusta que justifique la vacunación rutinaria en estos grupos, señalando que la recomendación previa carecía del respaldo necesario y fue influenciada por factores políticos.
Expertos como William Schaffner, miembro consultor del ACIP, criticaron que el cambio se haya implementado sin la deliberación y aprobación formal del comité, cuyo debate se pospuso para la reunión programada en junio. Mientras tanto, los CDC continúan manteniendo en su página oficial que la vacunación durante el embarazo es segura y provechosa para madre y bebé, sustentada en amplios estudios internacionales.
El cambio también ha provocado inquietudes legales; la experta en derecho sanitario Dorit Reiss advirtió que omitir al comité asesor podría comprometer la defensa de los CDC frente a posibles demandas. Por ahora, los laboratorios fabricantes de vacunas, Moderna y Pfizer, no han emitido postura oficial sobre la decisión.