Una nueva detección de gusano barrenador en el municipio de Ixhuatlán de Madero, Veracruz, obligó a las autoridades estadounidenses a suspender de manera inmediata el ingreso de ganado procedente de México por su frontera sur. La medida incluye bovinos, caballos y bisontes, y fue adoptada a pesar de que el foco del brote se encuentra a cientos de kilómetros de los puntos habituales de exportación, sin margen para excepciones regionales.
De acuerdo con el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), se trata del tercer cierre de este tipo en lo que va del año, lo que ha derivado en pérdidas superiores a los 400 millones de dólares. Solo en los primeros cinco meses de 2025, las exportaciones cayeron más de 60 % en volumen respecto al año anterior, lo que ha puesto en una situación crítica a los ganaderos, especialmente en estados del norte.
La falta de un enfoque regional por parte del gobierno estadounidense ha generado consecuencias severas para entidades como Sonora, Chihuahua, Durango y Coahuila, que concentran la mayoría de las exportaciones de ganado y cuyos hatos permanecen libres de la plaga. En estos estados, los productores enfrentan una caída abrupta de precios debido a la sobreoferta local, lo que ha provocado pérdidas de hasta 400 dólares por animal.
El cierre, además, frena la reapertura gradual que había iniciado en algunos cruces fronterizos desde el pasado 7 de julio. El Consejo Nacional Agropecuario instó a retomar el diálogo con las autoridades sanitarias de Estados Unidos, subrayando que la colaboración técnica binacional es esencial para contener la plaga y reactivar el comercio sin poner en riesgo la salud animal.