Por Redacción Contra Réplica

El impresionismo: la revolución artística que transformó la manera de ver el mundo

Este movimiento surgido en Francia en el siglo XIX rompió con la pintura académica y dio paso al arte moderno

El impresionismo fue uno de los movimientos artísticos más influyentes de la historia, surgido en Francia entre 1860 y 1890. Su nombre proviene de la obra Impresión, sol naciente de Claude Monet, exhibida en 1874. Aunque en un principio fue usado de forma despectiva, el término fue adoptado por los propios artistas para definir un estilo que priorizaba la percepción visual por encima del detalle técnico.

Esta corriente rompió con los cánones clásicos al representar escenas cotidianas, captando la luz y el color del momento. Los impresionistas pintaban al aire libre y usaban pinceladas visibles, rápidas y sueltas, aplicando colores puros directamente sobre el lienzo para reflejar atmósferas naturales. Su objetivo no era retratar la realidad con precisión, sino plasmar la impresión fugaz de un instante.

Entre sus principales exponentes destacan Claude Monet, considerado el padre del impresionismo; Pierre-Auguste Renoir, con sus retratos cálidos y escenas festivas; Edgar Degas, conocido por sus bailarinas; Camille Pissarro, con paisajes urbanos y rurales; y Édouard Manet, cuyo estilo influyó en el grupo aunque no se identificó plenamente con él.

Más allá de sus innovaciones estéticas, el impresionismo marcó el inicio del arte moderno. Su legado inspiró movimientos posteriores como el postimpresionismo, el fauvismo y el cubismo. Hoy, sus obras forman parte de las colecciones más importantes del mundo y siguen despertando admiración por su frescura, su visión innovadora y su capacidad para capturar la esencia de lo efímero.